sábado, 10 de octubre de 2009

Pochoclo

No hay nadie en el mundo a quien le guste el pochoclo más que a mí. Me enamoré del pochoclo cuando aunque era niña. Me acuerdo de siempre pedir a mi madre para hacer pochoclo para mí. Eso hasta que un día ella se cansó y me enseño a hacerlo.
Sé que es muy estraño pero es verdad. Durante toda la semana pienso en el sábado, espero ansiosamente por este día, que es el día en que como pochoclo porque no tengo tiempo a lo largo d ela semana. A lo largo de la semana pienso en el ruído del pochoclo en la olla, le imagino cayendo blanca como la nieve, siento el olor que se esparce por la casa, y siento el gusto del pochoclo en mí boca...
Me gusta el pochoclo a cualquier hora y no solamente cuando voy a mirar una película.Cuando voy a leer en los fines de semana me gusta tener el pochoclo como compañero de viaje o puedo solamente sentarme en un lugar cualquier a saborearlo. ¡Y como mucho! Yo sola como cási dos paquetes de maíz por mes.
Mi semana no es completa si no como pochoclo. Siento que me falta alguna cosa vital. me siento feliz cuando como pochoclo. Comer pochoclo es una parte importante de mi rutina semanal.
Mi vivio es el pochoclo. Hay personas vicosas en cigarrillas, en bebidas alcohólicas, en chocolate... Es un vivio, de verdad, pero ¿quién no los tiene?

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